El poder en la calle
Las señales de poder aparecen visibles, concentradas en algunas calles de Chaitén. Por el conocimiento que tienen de la geografía, la acción de los estamentos militares ha sido indispensable, no solo para el proceso de evacuación, sino para controlar en un cierto grado el proceso de deterioro del pueblo. La fuerza aérea en helicóptero patrulla la actividad del volcán, carabineros se preocupa del patrullaje para cuidar las pertenencias de los pobladores que quedaron abandonadas en el sector, mientras personas de ejercito se encarga de la movilización de la gente a sus hogares, además de su apoyo en las tareas de enrocado del río blanco para afirmar el cause para prevenir más destrucción y en despeje de obras de viales, y mantención del vital puente del Río Blanco.
De las autoridades gubernamentales se encuentra la representante de la presidenta Bachelet, la delegada presidencial Paula Narváez persona jovial, liviana de caracter, además de sicólogos, asistentes sociales y personal medico para cualquier emergencia. También se encuentra personal de la municipalidad de Chaitén en tareas de mantenimiento de vías carreteras principalmente y en el apoyo de los requerimientos de los desplazados.Uno aprecia que entre los personeros de la institucionalidad estatal se presentan tres clase de problemas; uno es el desconocimiento de la geografía del sector, otro son los problemas de coordinación entre los distintos aparatos estatales y la contención de los factores de crisis que genera la tragedia, esto ultimo más debido a las características únicas del evento, esto se refleja en la incomprensión de las costumbres de la población desplazada, problemas de comunicación entre los afectados y la autoridad, esto obviamente se esta solucionando con el trabajo en terreno que se esta teniendo en la zona del desastre.
Rescatando lo que se pueda
Dos horas, este es el plazo que tenían los pobladores para sacar lo que pudieran desde sus casas. Recuerdos, objetos de valor, documentación, todo lo que era prioritario se sacaba. Otros se quedaban paralizados viendo un punto donde supuestamente estaba su hogar y ya no estaba. Otro con un dolor profundo encontraba a su perro muerto esperando a sus amos. Desconsuelo, rabia, por lo que afirmaban la tardanza en la realización del operativo, ya que si se habria hecho antes según ellos pudieron haber salvado más de sus pertenencias. Desolación, resignación, sumisión a esa fuerza que ya en horas de la tarde con la luz del sol brillaba imponente a la distancia se apoderaba de los animos.
Un silencio seco
En el lado sur de Chaitén se aprecia menos devastación. Se escucha un silencio seco. La voz es abandonada en murallas que ya no respiran inquietante humedad, historias perdidas que no viajaran en ese aeródromo que a recibido también los embates de la naturaleza. Silencio. Cada huella, es un olvido, en esa cancha de futbol no existe la gloria del triunfo. La ausencia habita entre las construcciones que es un recuerdo fijo picoteado por la ceniza que grava su memoria como tantas veces lo a hecho en la formación de este territorio.
Las imágenes finales
Cerca del desembarcadero me interno por un camino cubierto por vegetación. Encuentro una bicicleta tirada, animales de algún predio colindante vagando en su soledad y el sonido de un arroyo que sigue su curso tranquilamente. EL volcán Chaitén sigue su actividad imperturbable, nada lo detiene, parece más vivo como nunca.
Se ha formado una línea de escombros que se mueven por la bahía y el desembarcadero de Chaitén. Los comandos de la armada para abrirse paso tienen que emplear un remo para mover un computador, madera, televisores y otros restos para limpiar el paso y no bañar los motores de los zodiac.De vuelta en la barcaza Rancagua aprecio las ultimas vistas del volcán mientras la noche cae sin alterar su rutina. En el horizonte la luz se pierde en las tinieblas de un mar quieto. La lengua apretada en la modernidad va dejando un espacio que es continuidad de tiempos que van más allá de nuestra pequeña lógica.
Investigación y fotos: Wladimir Soto Cárcamo, antropologo, magister en ciencias sociales.