La obra “Lombrices” del dramaturgo argentino Pablo Albarello que ha ganado diversos premios desde su aparición en el 2004 tiene un texto inteligente con un exquisito humor negro. La versión puesta en escena por la compañía Voqui Teatro desde el 26 de septiembre hasta el día de hoy en el aula magna de
La historia trata de Martirio y Consuelo que son dos ancianas recluidas en un edificio de departamentos, habitan un mundo paralelo saturado de delirios y nostalgias por un pasado mejor. La realidad exterior, en tanto, sigue por sus carriles: el edificio se incendia, es evacuado, el fuego sofocado, pero ellas no tienen por qué saberlo.
Con una magistral actuación de Luis Saravia y Alejandro Alvarez que le dan el justo tono a los personajes, el relato cobra vida en un equilibrio y no en exceso, de manejo en la postura corporal y en la voz que demuestra que los actores hacen una reflexión en la interioridad de esas figuras representadas que buscan sentido a algo que fue sobrepasado por el tiempo.
Nota e imagen: Wladimir Soto, antropologo