martes, 24 de junio de 2008

homenaje a Jorge Teillier

Con un gran marco de público se llevo a cabo el día de hoy un homenaje a Jorge Teillier organizado por un grupo de admiradores de su obra con motivo de su natalicio en la biblioteca regional de puerto Montt. Con tango, lectura de poemas de este autor y música entre otros del poeta popular Mario Cárdenas se recordó a este poeta del sur. También se aprovecho de mostrar una grabación con la voz de este escritor hecha en el programa apuntes culturales de melipulli en ocasión del arcoiris de poesía de fines de la década de los ochenta.



Biografía

Jorge Teillier, poeta chileno, nació en Lautaro el 24 de junio de 1935 (el mismo día y año de la muerte de Carlos Gardel) y murió en Viña del Mar el 22 de abril de 1996. Estudió Pedagogía en Historia y Geografía en la Universidad de Chile, ejerció la docencia en el Liceo de Lautaro y fue director de las revistas Orfeo y Boletín de la Universidad de Chile. Recibió una serie de premios, entre los que destacan el concurso de poesía "Gabriela Mistral" (1962), el Premio Estimulo CRAV (1963) y el Premio Eduardo Anguita (1993), concedido por la Editorial Universitaria al poeta vivo más importante de Chile que no hubiese conseguido el Premio Nacional. El es un poeta lárico se caracteriza por la vuelta hacia el pasado, a un paraíso perdido en el cual lo cotidiano y lo amable contrastan con una modernidad agresiva.


Obras

  • Para ángeles y gorriones (Ediciones Puelche, 1956; reeditado: 1995)
  • El cielo cae con las hojas (Ediciones Alerce, 1958)
  • El árbol de la memoria (Impreso por Arancibia Hermanos, 1961)
  • Los trenes de la noche y otros poemas (Revista Mapocho, 1961)
  • Poemas del País de Nunca Jamás (Colección El Viento en la Llama, dirigida por Armando Menedín, 1963)
  • Poemas secretos (Ediciones de los Anales de la Universidad de Chile, separata, 1965)
  • Crónica del forastero (Impreso por Arancibia Hermanos, 1968)
  • Muertes y maravillas (Antología, Editorial Universitaria, 1971; reeditado: 2005)
  • Para un pueblo fantasma (Ediciones de la Universidad Católica de Valparaíso,1978; reeditado: 2005)
  • La Isla del Tesoro (con Juan Cristóbal, poeta peruano, Lima: 1982; reeditado: Editorial Dolmen, 1996)
  • Cartas para reinas de otras primaveras (Ediciones Manieristas, 1983)
  • Los dominios perdidos (Antología, Editorial del Fondo de Cultura Económica, 1992)
  • El molino y la higuera (Ediciones Azafrán, 1994)
  • Hotel Nube (póstumo, Ediciones LAR, 1996)
  • En el mudo corazón del bosque (póstumo, Editorial Fondo de Cultura Económica, 1997)
  • Lo soñé o fue verdad (póstumo, Editorial Universitaria, 2003)



Un poema de Jorge Teillier

BAJO EL CIELO NACIDO TRAS LA LLUVIA

Bajo el cielo nacido tras la lluvia

escucho un leve deslizarse de remos en el agua,

mientras pienso que la felicidad

no es sino un leve deslizarse de remos en el agua.

O quizás no sea sino la luz de un pequeño barco,

esa luz que aparece y desaparece

en el oscuro oleaje de los años

lentos como una cena tras un entierro.

O la luz de una casa hallada tras la colina

Cuando ya creíamos que no quedaba sino andar

y andar.

O el espacio del silencio

entre mi voz y la voz de alguien

revelándome el verdadero nombre de las cosas

con sólo nombrarlas: "álamos", "tejados".

La distancia entre el tintineo del cencerro

en el cuello de la oveja al amanecer

y el ruido de una puerta cerrándose tras una fiesta.

El espacio entre el grito del ave herida en el pantano,

y las alas plegadas de una mariposa

sobre la cumbre de la loma barrida por el viento.

Eso fue la felicidad:

dibujar en la escarcha figuras sin sentido

sabiendo que no durarían nada,

cortar una rama de pino

para escribir un instante nuestro nombre en la tierra húmeda,

atrapar una plumilla de cardo

para detener la huida de toda una estación.

Así era la felicidad:

breve como el sueño del aromo derribado,

o el baile de la solterona loca frente al espejo roto.

Pero no importa que los días felices sean breves

como el viaje de la estrella desprendida del cielo,

pues siempre podremos reunir sus recuerdos,

así como el niño castigado en el patio

encuentra guijarros para formar brillantes ejércitos.

Pues siempre podremos estar en un día que no ayer ni mañana,

mirando el cielo nacido tras la lluvia

y escuchando a lo lejos

un leve deslizarse de remos en el agua.